- ¿Cómo terminará la película?
- Me imagino que con un plano fijo
de un junco chino, avanzado lentamente y
adornado con flores rojas.
- ¿En el Hudson?
- En el Hudson, camino del mar
[Relámpago sobre el agua (Lighting over
Water, Nicholas Ray y Wim Wenders, 1980)]
Me miro a la cara, ¿y qué veo? No una roca
granítica como identidad, sino un tono azul, una piel seca, unos labios
arrugados, y tristeza. Y una necesidad tremenda de reconocer y aceptar la cara
de mi madre.
(Nicholas Ray)
Conocido por realizaciones en el seno del
Hollywood clásico de los años 50 como Johnny
Guitar (1954) o Rebelde sin causa
(Rebel Without a Cause, 1955), y también por ser el director de las
superproducciones de Samuel
Bronston Rey de reyes (King of
Kings, 1961), Cincuenta y cinco días en
Pekín (Fifty Five Days At Peking, 1963), pero quizá no tanto por su papel
decisivo como ousider en la industria
norteamericana del cine, y como mentor o espejo de cineastas como Jean-Luc Godard. Ray
es el cine, afirmará Wim Wenders o Jim Jarmusch.
Nicholas Ray, en cierto sentido, representa (tanto en sus filmaciones como en su vida: una misma cosa, al fin y al cabo) la voluntad y su finalidad ineludible: el fracaso. Esta dualidad está presente en toda su obra (su vida) y, entre tanto, ésta viene acompañada por sentimientos como la rabia, la curiosidad o la imaginación.
Nicholas Ray, en cierto sentido, representa (tanto en sus filmaciones como en su vida: una misma cosa, al fin y al cabo) la voluntad y su finalidad ineludible: el fracaso. Esta dualidad está presente en toda su obra (su vida) y, entre tanto, ésta viene acompañada por sentimientos como la rabia, la curiosidad o la imaginación.
En mi caso, toda mi vida está compensada por
la aventura del cine, que se confunde en una instancia con la aventura de la
vida.
(Nicholas Ray)
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