Cómo Quemar un Libro - La poesía de Jose Emilio Pacheco y "El ruido Eterno" de Alex Ross

En esta nueva edición de Cómo quemar un libro, hablamos de la poesía de Jose Emilio Pacheco, escritor mexicano que ha cultivado todos los géneros literarios desde la narrativa al ensayo o la crítica literaria e histórica. Entre sus libros de poesía destacan El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo ( Los elementos de la noche, Tarde o temprano, Alta traición, antología poética, Ciudad de la memoria. Ha recibido, entre otros galardones: el premio Xavier 
Villaurrutia (1973), el Reina Sofía de Poesía (2009) o el Cervantes (2009).

Una de las mas recientes publicaciones es Tarde o temprano (1958-2009), en Tusquets, donde se recogen los catorce poemarios publicados por el autor.

Su poema Alta traición es uno de los más importantes e impactantes de la literatura mexicana, con una marcada influencia sobre la juventud:

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.



El segundo libro de la tarde, EL RUIDO ETERNO, de Alex Ross, editado por Seix Barral en 2009.

Nos encontramos con un repaso musical al siglo XX. Un repaso que el propio autor considera adecuado y, de hecho, necesario, citando palabras del libro: «La composición clásica en el siglo XX, el tema de este libro, a muchos les suena a ruido. Es un arte en gran medida agreste, un movimiento alternativo no asimilado. Mientras que las abstracciones llenas de salpicaduras de pintura de Jackson Pollock se venden en el mercado del arte por cien millones de dólares o más, y mientras que las obras experimentales de Matthew Baarney o David Lynch se analizan en las residencias universitarias de una punta a otra de Estados Unidos, el equivalente en música sigue provocando oleadas de desasosiego entre los asistentes a conciertos y tiene un impacto apenas perceptible en el mundo exterior. La música clásica se ha estereotipado como un arte de los muertos, un repertorio que empieza con Bach y termina con Mahler y Puccini. Algunas personas se muestran a veces sorprendidas al enterarse de que los compositores siguen componiendo» (p. 12).

Alex Ross (n. 1968) es crítico musical de The New Yorker desde 1996; anteriormente, de 1992 a 1996, escribió para The New York Times.


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